FORMACIÓN DEL AGUA
Cuando la Tierra
se fue formando, hace unos 4.600 millones de años, las altas temperaturas
hacían que toda el agua estuviera en forma de vapor. Al enfriarse por debajo
del punto de ebullición del agua, gigantescas precipitaciones llenaron de agua
las partes más bajas de la superficie formando los océanos. Se calcula que unas
decenas o cientos de millones de años después de su formación ya existirían los
océanos.
Distribución del
agua en la Tierra
Casi la totalidad
del agua se encuentra en los mares y océanos en forma de agua salada. De
las aguas dulces la mayor parte está en forma de hielo y en aguas
subterráneas. El agua situada sobre los continentes y la que está en la
atmósfera son las cantidades proporcionalmente menores, aunque su importancia
biológica es grande.
Distribución del agua
|
|
Agua líquida oceánica
|
1322 x 106 km3
|
Agua sólida oceánica
|
26 x 106 km3
|
Epicontinentales1
|
225.000 km3
|
En la atmósfera
|
12 000 km3
|
Aguas subterráneas2
|
2-8 x 106 km3
|
1) En las aguas
epicontinentales se incluyen el mar Caspio, el Aral y el mar Muerto, además de
lagos, ríos, etc.
2) Se da una de
las muchas estimaciones que se suelen hacer para estas aguas, porque calcular
su cantidad es muy difícil.
Ciclo del agua
El agua permanece
en constante movimiento. El vapor de agua de la atmósfera se condensa y
cae sobre continentes y océanos en forma de lluvia o nieve. El agua que cae en
los continentes va descendiendo de las montañas en ríos, o se infiltra en el
terreno acumulándose en forma de aguas subterráneas. Gran parte de las aguas
continentales acaban en los océanos, o son evaporadas o transpiradas por las
plantas volviendo de nuevo de nuevo a la atmósfera. También de los mares y
océanos está evaporándose agua constantemente. La energía del sol mantiene este
ciclo en funcionamiento continuo.
Al año se evaporan
500.000 km3 de agua, lo que da un valor medio de 980 l/m2
o milímetros. Es decir, es como si una capa de 980 mm (casi un metro)
de agua que recubriera toda la Tierra se evaporara durante el año. Como en la
atmósfera permanecen constantemente sólo 12.000 km3, quiere
decir que la misma cantidad de 500.000 km3 que se ha evaporado
vuelve a caer en forma de precipitaciones en el mismo periodo. Aunque la media,
tanto de la evaporación como de la precipitación sea de 980 mm, la distribución
es irregular, especialmente en los continentes. En los desiertos llueve menos
de 200 mm y en algunas zonas de montaña llueve 6.000 mm o más.
El tiempo medio
que una molécula de agua permanece en los distintos tramos del ciclo es:
en la atmósfera
|
9-10 días
|
en los ríos
|
12-20 días
|
en lagos
|
1-100 años
|
en acuíferos
subterráneos
|
300 años
|
en océanos
|
3.000 años
|
Como es lógico
estos tiempos medios de permanencia van a tener una gran influencia en la
persistencia de la contaminación en los ecosistemas acuáticos. Si se
contamina un río, al cabo de pocos días o semanas puede quedar limpio, por el
propio arrastre de los contaminantes hacia el mar, en donde se diluirán en
grandes cantidades de agua. Pero si se contamina un acuífero subterráneo el
problema persistirá durante decenas o cientos de años.
Características o
propiedades físicas del agua
Las
características del agua hacen que sea un líquido idóneo para la vida. La
elevada polaridad de la molécula de agua tiene especial interés porque
de ella se derivan otras importantes propiedades.
a) Polaridad
Las moléculas de
agua son polares. Por esta polaridad el agua es un buen disolvente de sales y
otras sustancias polares pero un mal disolvente de gases y otras sustancias
apolares como las grasas y aceites.
Polaridad de las
moléculas del agua
Una molécula está
polarizada cuando situada en un campo eléctrico se orienta con un lado hacia el
polo positivo y con otro hacia el negativo. Sucede esto porque aunque la
molécula en conjunto no tiene carga, en cambio la distribución de cargas dentro
de la molécula no es homogénea y una zona tiene un incremento de carga positiva
mientras otra zona lo tiene de carga negativa.
En el caso de la
molécula de agua sucede así porque el átomo de oxígeno se une con dos de
hidrógeno por enlaces polarizados que forman entre sí un ángulo de
aproximadamente 105º. Como el átomo de oxígeno es más electronegativo que los
de hidrógeno, en el lado del oxígeno se sitúa la zona negativa y en el lado de
los hidrógenos la positiva, con su centro de acción en el punto medio entre los
dos hidrógenos.
Se llama enlace
de puente de Hidrógeno al que une a una molécula de agua con las que están
a su alrededor. Este enlace entre moléculas de agua vecinas se produce por la
atracción entre la zona positiva de una molécula y la negativa de la vecina. Su
influencia es tan notoria que si no fuera por esta atracción el agua sería una
sustancia gaseosa a la temperatura ordinaria ya que su tamaño es muy pequeño.
Como son gases, por ejemplo, otras moléculas de tres o cuatro átomos como el CO2,
el NH3, el H2S, el CH4, similares al agua en
tamaño.
b) Calores
específicos, de vaporización y de fusión.
Las cantidades de
calor necesarias para evaporar, fundir o calentar el agua son más elevadas que
en otras sustancias de tamaño parecido al estar las moléculas unidas por
fuerzas eléctricas entre las zonas positivas de unas y las negativas de otras.
Esto hace que el
agua sea un buen almacenador de calor y así ayuda a regular la temperatura del
planeta y de los organismos vivos.
c) Cohesividad.
Otra repercusión
importante de la polaridad es que las moléculas, al estar atraídas entre sí, se
mantienen como enlazadas unas con otras, lo que tiene gran interés en fenómenos
como el ascenso de la savia en los vegetales o el movimiento del agua en el
suelo. Esta cohesividad de las moléculas de agua entre sí explica también la
tensión superficial que hace que la superficie del agua presente una cierta
resistencia a ser traspasada.
d) Densidad y
estratificación
La densidad del
agua es de 1kg/l, pero varía ligeramente con la temperatura y las sustancias
que lleve disueltas, lo que tiene una considerable importancia ecológica.
La densidad
aumenta al disminuir la temperatura hasta llegar a los 4º C en los que la densidad
es máxima. A partir de aquí disminuye la densidad y el hielo flota en el agua.
Esto hace que cuando un lago o el mar se congelan, la capa de hielo flote en la
superficie y aísle al resto de la masa de agua impidiendo que se hiele. Los
seres vivos pueden seguir viviendo en el agua líquida por debajo del hielo.
Las capas de agua
de distintas densidades se colocan en estratos que funcionan como partes
independientes. Al no haber intercambio entre ellas, algunos nutrientes, como
el oxígeno o los fosfatos, se pueden ir agotando en algunas capas mientras son
abundantes en otras.
Solubilidad.
a) Salinidad.-
Los iones que dan la salinidad al agua tienen dos orígenes. Los arrastrados por
el agua que llega desde los continentes y los que traen los magmas que surgen
en las dorsales oceánicas.
En un litro de
agua del mar típico suele haber unos 35 g de sales, de los cuales las
dos terceras partes, aproximadamente, son cloruro de sodio. Hay lugares en los
que la salinidad es distinta (por ejemplo es proporcionalmente alta en el
Mediterráneo y baja en el Báltico), pero siempre se mantiene una proporción
similar entre los iones, aunque las cantidades absolutas sean diferentes.
En algunos mares
interiores la salinidad llega a ser muy alta, como es el caso del Mar Muerto
con 226 g de sal por litro.
En las aguas dulces
continentales encontramos cantidades mucho menores de iones. El componente
principal es el bicarbonato cálcico (unos decigramos por litro), cuya mayor o
menor presencia indica el grado de dureza de las aguas.
b) Presión
osmótica.- La membrana celular es semipermeable, lo que quiere decir
que permite el paso de moléculas pequeñas, pero no el de moléculas grandes o
iones. Esto hace que en los seres vivos haya que tener muy en cuenta los
procesos de ósmosis que provocan, por ejemplo, que una célula desnuda
que se encuentra en un líquido de menor concentración que la intracelular va
llenándose cada vez más de agua hasta que explota. Los distintos organismos,
según vivan en aguas dulces o saladas, o en zonas de salinidad variable, han
tenido que desarrollar eficaces mecanismos para la solución de estos problemas
osmóticos. La salinidad es, de hecho, una importante barrera que
condiciona la distribución ecológica de los organismos acuáticos.
c) Gases
disueltos.- El oxígeno disuelto en el agua supone una importante limitación
para los organismos que viven en este medio. Mientras en un litro de aire hay
209 ml de oxígeno, en el agua, de media, la cantidad que se llega a disolver es
25 veces menor.
Otro problema es que
la difusión del oxígeno en el agua es muy lenta. La turbulencia de las
aguas, al agitarlas y mezclarlas, acelera el proceso de difusión miles de veces
y es por eso fundamental para la vida.
La temperatura
influye en la solubilidad. Mientras que los sólidos se disuelven mejor a
temperaturas más elevadas, en los gases sucede lo contrario. Las aguas frías
disuelven mejor el oxígeno y otros gases que las aguas cálidas porque mayor
temperatura significa mayor agitación en las moléculas lo que facilita que el
gas salga del líquido.
La solubilidad del
gas en agua disminuye mucho con la disminución de presión. En un lago
situado a 5.500 m de altura, por ejemplo, con una presión atmosférica, por
tanto, de 0,5 atmósferas el oxígeno que se puede disolver es mucho menos que si
estuviera a nivel del mar.
Solubilidad de gases (ml/l) a 1
atmósfera
|
||||||
|
agua dulce
|
agua del mar
|
||||
|
0° C
|
12° C
|
24° C
|
0° C
|
12° C
|
24° C
|
Nitrógeno
|
23
|
18
|
15
|
14
|
11
|
9
|
Oxígeno
|
47
|
35
|
27
|
38
|
28
|
22
|
CO2
|
1715
|
1118
|
782
|
1438
|
947
|
677
|
Ríos
Los ríos nacen en manantiales
en los que surgen a la superficie aguas subterráneas o en lugares en los que se
funden los glaciares. A partir de su nacimiento siguen la pendiente del terreno
hasta llegar al mar.
Un río con sus
afluentes drena una zona que se conoce como cuenca hidrográfica. La
separación entre cuencas es la divisoria de aguas.
Desde su
nacimiento en una zona montañosa y alta hasta su desembocadura en el mar el río
suele ir disminuyendo su pendiente. El perfil longitudinal muestra muy
bien el transcurrir del río hasta que llega al mar. Normalmente la pendiente es
fuerte en el primer tramo del río, cuando viaja por las montañas (tramo alto),
y se hace muy pequeña, casi horizontal, cuando se acerca a la desembocadura (tramo
bajo). La desembocadura marca el nivel de base del río.
El río sufre
variaciones en su caudal. En las estaciones lluviosas aumenta y en las
secas disminuye, aunque algunos ríos presentan el caudal máximo en la época del
deshielo. Las crecidas pueden ser graduales o muy bruscas, como la de un
afluente del Elba que en 1927 creció cuatro metros en dos minutos.
Lagos
Los lagos se
forman cuando el agua recogida en una zona no sale directamente al mar sino que
pasa o acaba en una depresión. En muchos casos del lago sale un río que va al
mar, pero en otros no hay desaguuml;e, sino que las aguas se evaporan a la
atmósfera directamente desde el lago.
Aguas subterráneas
Parte del agua que
cae resbala sobre el terreno hasta llegar a ríos y lagos (agua de escorrentía),
pero otra parte se infiltra, bien directamente cuando llueve, o desde los ríos
y lagos. Desde el suelo parte del agua sale por evapotranspiración, o por
manantiales o alimenta ríos y lagos a través de su lecho.
Las rocas y suelos
que dejan pasar el agua se llaman permeables en contraposición a las impermeables.
El agua que penetra por los poros de una roca permeable acaba llegando a una
zona impermeable que la detiene. Así la parte permeable se va llenando de agua
(zona de saturación). La zona por encima de esta en la que el agua va
descendiendo pero en los poros todavía hay aire se llama zona de aireación
y el contacto entre las dos, nivel freático. El nivel freático sale por
encima de la superficie cuando tras fuertes lluvias el suelo se encharca.
Las rocas porosas
y permeables que almacenan y trasmiten el agua se llaman acuíferos.
Veremos que son una fuente importante de agua para uso humano.
Los principales
tipos de acuífero son:
Acuíferos
detríticos.- Están formados
por masas de rocas fragmentadas, como las arenas o las gravas, que almacenan el
agua en los espacios intersticiales.
Acuíferos
cársticos.- Algunas rocas son disueltas por el agua y forman unas
estructuras geológicas típicas llamadas Karst capaces de almacenar grandes
cantidades de agua.
Las calizas son
las rocas que más habitualmente forman Karsts, pero también las dolomías, los
yesos y las sales pueden formarlos.
Glaciaciones
Las glaciaciones
han sido lo más característico de los últimos dos millones de años de la
historia de la Tierra. Su influencia es tan grande que marcan el inicio
de un periodo geológico distinto que llamamos Cuaternario. A lo largo de este
periodo se han sucedido épocas más frías, en las que los hielos se han
apoderado de grandes extensiones en el norte y el sur del planeta, y épocas más
templadas en las que las aguas heladas se han retirado hacia las cercanías de
los polos o las altas montañas. Estas oscilaciones climáticas han tenido una
gran influencia en la distribución de los seres vivos.
Glaciares
Los glaciares son
grandes masas de hielo que se forman cuando la nieve que cae va acumulándose de
un año a otro, sin que le dé tiempo para fundirse. Por la presión la nieve va
perdiendo el aire y acaba formándose primero hielo lechoso y luego hielo azul,
tan transparente como el cristal.
Para que
existan glaciares en una zona se requieren dos condiciones:
1. que tenga
promedios de temperatura tan bajos como para permitir que la nieve se
acumule de un año a otro. Esto sucede en las zonas ecuatoriales a partir de
los 5.000 m de altitud y en la Antártica al nivel del mar.
2. que tenga precipitación
suficiente. Así, por ejemplo, hay lugares del norte de Siberia muy fríos
pero en los que llueve tan poco que la capa de nieve rara vez supera el metro
de altura.
En las regiones
polares los glaciares cubren grandes extensiones y se les llama casquetes
glaciares o inlandsis. En el resto del mundo sólo encontramos glaciares
de montaña que en total ocupan una extensión treinta veces menor que la
ocupada por los inlandsis.
Zonas
periglaciares
Se llama zonas periglaciares
a las grandes extensiones que rodean a los casquetes glaciares o que se sitúan
inmediatamente por debajo de las zonas de nieves perpetuas de las
montañas.
Su suelo no está
cubierto por el hielo permanentemente, pero está helado la mayor parte del año.
Este suelo se llama permafrost y está permanentemente helado a partir de
una pequeña profundidad. Cuando en la primavera se deshiela la capa más superficial
se forman grandes charcos en los que se reproducen los mosquitos.
Glaciaciones e
interglaciaciones
Durante la
historia de la Tierra ha habido hasta siete, y quizás más, episodios de amplias
glaciaciones, en las Eras Precámbrica y Paleozoica.
El periodo glaciar en el que nos encontramos ocupa el Periodo Cuaternario, como
hemos dicho, empezó hace unos dos millones de años y todavía continúa.
Dentro en un
tiempo glaciar las temperaturas van subiendo y bajando cada varias decenas de
miles de años. En la actualidad, desde hace unos 12.000 años, estamos en un
periodo interglacial cálido (dentro de la glaciación del Cuaternario),
en el que las mediciones en los inlandsis y los glaciares de montaña indican
que continuamente van disminuyendo de tamaño desde hace 12.000 años. El
anterior periodo cálido similar al actual sucedió hace algo más de 100.000
años.
La diferencia de
la temperatura media entre un periodo cálido y otro frío es de sólo unos 4 a
7ordm;C, pero su efecto es que los glaciares avanzan hacia el ecuador o
retroceden miles de kilómetros. Estos cambios en la masa de hielos afectan al
nivel del mar que puede subir o bajar varias decenas de metros y a los caudales
de los ríos, distribución de las lluvias y al clima en general. Por supuesto
también afecta de forma importantísima a la fauna y la flora.
Tabla: Algunos
lugares conectados por tierra cuando el nivel del mar era más bajo hace unos
miles de años
Lugar
|
Tierras unidas
|
Canal de la Mancha
|
Francia y Gran Bretaña
|
Canal de Irlanda
|
Gran Bretaña e Irlanda
|
Varios estrechos del Mediterráneo
|
Europa y Africa
|
Estrecho de Bering
|
Siberia y Alaska
|
Golfo de Tartaria
|
Siberia y Japón
|
Sundra
|
Malasia, Sumatra, Java y Borneo
|
Varios lugares
|
Australia, Tasmania, Nueva
Guinea
|
Desde su formación
hace casi 4.000 millones de años los océanos contienen la mayor parte del agua
líquida de nuestro planeta. Entender su funcionamiento es muy importante para
comprender el clima y para explicar la diversidad de vida que hay en nuestro
planeta
Océanos y mares
Llamamos océanos a
las grandes masas de agua que separan los continentes. Son cinco. El más
extenso es el Pacífico, que con sus 180 millones de km2
supera en extensión al conjunto de los continentes. Los otros cuatro son el Atlántico,
el índico, el Antártico o Austral y el ártico.
Dentro de los
océanos se llama mares a algunas zonas cercanas a las costas, situados
casi siempre sobre la plataforma continental, por tanto con profundidades
pequeñas, que por razones históricas o culturales tienen nombre propio.
Relieve del fondo
oceánico
La profundidad
media de los océanos es de unos cuatro o cinco kilómetros que comparados con
los miles de km que abarcan nos hacen ver que son delgadas capas de agua sobre
la superficie del planeta. Pero la profundidad es muy variable dependiendo de
la zona:
Plataforma
continental.- Es la
continuación de los continentes por debajo de las aguas, con profundidades que
van desde 0 metros en la línea de costa hasta unos 200 m. Ocupa alrededor del
10 por ciento del área oceánica. Es una zona de gran explotación de recursos
petrolíferos, pesqueros, etc.
Talud.- Es la zona de
pendiente acentuada que lleva desde el límite de la plataforma hasta los fondos
oceánicos. Aparecen hendidos, de vez en cuando, por cañones submarinos tallados
por sedimentos que resbalan en grandes corrientes de turbidez que caen desde la
plataforma al fondo oceánico.
Fondo oceánico. Con una
profundidad de entre 2.000 y 6.000 metros ocupa alrededor del 80 por ciento del
área oceánica.
Cadenas dorsales
oceánicas.- Son
levantamientos alargados del fondo oceánico que corren a lo largo de más de
60.000 km. En ellas abunda la actividad volcánica y sísmica porque corresponden
a las zonas de formación de las placas litosféricas en las que se está
expandiendo el fondo oceánico.
Cadenas de fosas
abisales- Son zonas
estrechas y alargadas en las que el fondo oceánico desciende hasta más de 10
000 m de profundidad en algunos puntos. Son especialmente frecuentes en los
bordes del Océano Pacífico. Con gran actividad volcánica y sísmica porque
corresponden a las zonas en donde las placas subducen hacia el manto.
Temperatura
En los océanos hay
una capa superficial de agua templada (12ordm; a 30ordm;C), que llega hasta una
profundidad variable según las zonas, de entre unas decenas y 400 o 500 metros.
Por debajo de esta capa el agua está fría con temperaturas de entre 5ordm; y
-1ordm;C. Se llama termoclina al límite entre las dos capas. El Mediterráneo
supone una excepción a esta distribución de temperaturas porque sus aguas
profundas se encuentran a unos 13ordm;C. La causa hay que buscarla en que está
casi aislado al comunicar con el Atlántico sólo por el estrecho de Gibraltar y
por esto se acaba calentando todo la masa de agua.
El agua está más
cálida en las zonas ecuatoriales y tropicales y más fría cerca de los polos y,
en las zonas templadas. Y, también, más cálida en verano y más fría en
invierno.
Corrientes marinas
Las aguas de la
superficie del océano son movidas por los vientos dominantes y se forman unas
gigantescas corrientes superficiales en forma de remolinos.
El giro de la
Tierra hacia el Este influye también en las corrientes marinas, porque tiende a
acumular el agua contra las costas situadas al oeste de los océanos, como
cuando movemos un recipiente con agua en una dirección y el agua sufre un
cierto retraso en el movimiento y se levanta contra la pared de atrás del
recipiente. Así se explica, según algunas teorías, que las corrientes más
intensas como las del Golfo en el Atlántico y la de Kuroshio en
el Pacífico se localicen en esas zonas.
Este mismo efecto
del giro de la Tierra explicaría las zonas de afloramiento que hay en
las costas este del Pacífico y del Atlántico en las que sale agua fría del
fondo hacia la superficie. Este fenómeno es muy importante desde el punto de
vista económico, porque el agua ascendente arrastra nutrientes a la superficie
y en estas zonas prolifera la pesca. Las pesquerías de Perú, del norte de Chile,
Gran Sol (sur de Irlanda) o las del Africa atlántica se forman de esta manera.
En los océanos hay
también, corrientes profundas o termohalinas en la masa de agua situada
por debajo de la termoclina. En estas el agua se desplaza por las diferencias
de densidad. Las aguas más frías o con más salinidad son más densas y tienden a
hundirse, mientras que las aguas algo más cálidas o menos salinas tienden a
ascender. De esta forma se generan corrientes verticales unidas por
desplazamientos horizontales para reemplazar el agua movida. En algunas zonas
las corrientes profundas coinciden con las superficiales, mientras en otras van
en contracorriente.
Las corrientes
oceánicas trasladan grandes cantidades de calor de las zonas ecuatoriales a las
polares. Unidas a las corrientes atmosféricas son las responsables de que las
diferencias térmicas en la Tierra no sean tan fuertes como las que se darían en
un planeta sin atmósfera ni hidrosfera. Por esto su influencia en el clima es
tan notable (ver Fenómeno del Niño)
Olas, mareas y
corrientes costeras. Modelado de la costa.
Las olas
son formadas por los vientos que barren la superficie de las aguas. Mueven al
agua en cilindro, sin desplazarla hacia adelante, pero cuando llegan a la costa
y el cilindro roza en la parte baja con el fondo inician una rodadura que acaba
desequilibrando la masa de agua, produciéndose la rotura de la ola. Los
movimientos sísmicos en el fondo marino producen, en ocasiones gigantescas olas
llamadas tsunamis.
Tsunami :
"Olas de puerto" en japonés
Las mareas tienen una gran influencia en los organismos
costeros que tienen que adaptarse a cambios muy bruscos en toda la zona
intermareal: unas horas cubiertas por las aguas marinas y azotadas por las olas
seguidas de otras horas sin agua o, incluso en contacto con aguas dulces, si
llueve. Además, en algunas costas, por la forma que tienen, se forman fuertes
corrientes de marea, cuando suben y bajan las aguas, que arrastran arena y
sedimentos y remueven los fondos en los que viven los seres vivos.
En la cercanía del
litoral se suelen producir corrientes costeras de deriva, muy variables
según la forma de la costa y las profundidades del fondo, que tienen mucho
interés en la formación de playas, estuarios y otros formas de modelado
costero.
La energía
liberada por las olas en el choque continuo con la costa, las mareas y las
corrientes tienen una gran importancia porque erosionan y transportan
los materiales costeros, hasta dejarlos sedimentados en las zonas más
protegidas. En la formación de los distintos tipos de ecosistemas costeros:
marismas, playas, rasas mareales, dunas, etc. también influyen de forma
importante los ríos que desemboquen en el lugar y la naturaleza de las rocas
que formen la costa.
El medio acuático
proporciona a los organismos facilidades para la vida y también retos que deben
solucionar. En el agua es más fácil mantener la forma del cuerpo y se dan unas
condiciones de temperatura relativamente estables, pero supone dificultades
osmóticos por las diferentes concentraciones salinas, iluminación débil o nula
en cuanto se profundiza y problemas para respirar.
Respiración en los
organismos acuáticos
Los seres vivos
que respiran necesitan oxígeno. Algunos de los animales que viven en el agua
salen a la atmósfera para respirar, pero muchos organismos pueden usar el
oxígeno que está disuelto en el agua.
Consumo de oxígeno (ml O2/gr.
peso seco/hora a 15°c)
|
|
Bacterias
|
110
|
Ciliados
|
0.5-10
|
Erizos, medusas, anélidos
|
0.005-0.02
|
Crustáceos
|
0.1-0.2
|
Peces pequeños
|
0.2-0.24
|
Peces grandes
|
0.05-0.1
|
La proporción de
oxígeno en el agua depende mucho de la temperatura, de la agitación de las
aguas y la presión atmosférica y de la actividad de los organismos
fotosintéticos. El fitoplancton genera oxígeno y llega a sobresaturar las aguas
en las que se encuentran.
Los organismos sin
sistema respiratorio ni circulatorio usan la simple difusión para que el
oxígeno pase del agua a sus células, pero la distancia máxima a la que este
método es eficaz es del orden de 1 mm. Por esto las medusas, las esponjas o las
planarias que usan la difusión para llevar oxígeno a sus células, tienen
limitado su tamaño y la forma de su cuerpo.
Los organismos de
vida más compleja han tenido que desarrollar adaptaciones diversas para respirar.
La más comúin son las branquias y un sistema circulatorio con
hemoglobina o sustancias similares, para transportar oxígeno con eficacia.
Animales
acuáticos que respiran aire atmosférico
Algunos animales,
aunque viven en el agua, obtienen el oxígeno que necesitan directamente de la
atmósfera.
Es el caso de
muchos peces que respiran por la piel, como por ejemplo las anguilas; o por sus
vejigas natatorias, como los peces pulmonados, o por el intestino.
También salen al
aire para respirar los mamíferos que viven en el agua, como los
cetáceos, que cada diez o veinte minutos deben subir a la superficie. La
clásica imagen de las ballenas lanzando un chorro de agua corresponde a ese
momento en el que salen a respirar, lo que las hace tan fáciles de localizar y cazar
por los arponeros.
Muchos insectos
han desarrollado gran variedad de curiosos mecanismos para respirar aire, como
tubos conectados a las tráqueas que llegan hasta la superficie mientras ellos
permanecen sumergidos, o sistemas de pelitos que facilitan la formación de
burbujas de aire con las que se sumergen como si fueran las botellas de un
escafandrista o sistemas para pinchar los tejidos de las plantas que contienen
aire, etc.
Flotando.
Los gases no sólo
tienen importancia para la respiración.
Organismos muy
diversos, desde algunas algas muy primitivas como las cianofíceas, hasta muchos
peces usan los gases para regular su flotabilidad. Las vejigas natatorias son
especialmente interesantes desde este punto de vista. Suelen ocupar un 3 a un 5
por ciento del volumen del pez y el animal se mantiene a una profundidad
determinada llenándolas más o menos de gas. Así pueden llegar a ahorrar hasta
un 5 o un 10 por ciento de energía. Un problema que tienen estas vejigas es que
dan un fuerte eco en el sonar que algunos depredadores del medio marino, como
los delfines, usan para localizar a sus presas, lo que facilita su caza.
Salinidad y
ósmosis
El funcionamiento
de algunas algas y protozoos que viven en el agua dulce ilustra muy bien los problemas
osmóticos que los organismos deben vencer. Cuando se observa estos
microorganismos al microscopio se ve que una vacuola que tienen en su interior
va creciendo, llenándose de agua, hasta que llega un momento en el que se
contrae y expulsa toda el agua, para empezar a llenarse de nuevo. Sucede que en
el interior de sus células la concentración de solutos es mayor que en el agua
dulce que les rodea y por tanto, por ósmosis, entra agua a su interior. Los
organismos que están en un medio de más salinidad que su citoplasma tienen el
problema contrario, es decir, pierden agua.
La mayor parte de
los seres vivos han desarrollado sistemas de regulación que les permiten
vivir en ambientes de salinidad variable. Esto es especialmente necesario en
los que viven en estuarios de ríos, que según como esté la marea, pasan en muy
pocas horas por aguas de salinidad muy distinta.
Presión
La presión en el
fondo de los océanos llega a ser de cientos atmósferas, porque cada 10 metros
de profundidad suponen una atmósfera más. Por eso se pensó que los seres vivos
que viven a grandes profundidades serían muy especiales, pero luego se ha
comprobado que no es así, porque el agua, que rellena totalmente los
organismos, es muy poco compresible y los tejidos se deforman muy poco a causa
de la presión.
Las vejigas llenas
de gas si que son problemáticas cuando varía la presión, porque. Por ejemplo,
un litro de gas situado a dos atmósferas se convierte en dos litros cuando se
pasa a una atmósfera.
La presión también
causa problemas al provocar la disolución en la sangre de gases como el
nitrógeno. Es lo que les sucede a los escafandristas que respiran aire de sus
botellas a presiones altas. El nitrógeno se disuelve en su sangre y cuando
vuelven a la superficie vuelve a salir de la sangre, formando burbujas dentro
de los vasos sanguíneos que pueden producir embolias a veces mortales. Para
evitar esto se sigue un ritmo de ascenso lento que hace posible la llamada
descompresión.
Movimiento de los
organismos en el agua
Los organismos se
mantienen suspendidos en el agua con relativa facilidad, dada su densidad. En
algunos casos la suspensión es activa: a base de gastar energía nadando para no
hundirse. En otros casos con ayuda de las vejigas natatorias o con la formación
de burbujas, como en las puestas de algunos peces, o en muchos insectos de vida
acuática.
Para nadar, aparte
de la energía empleada en mover las aletas y el cuerpo, tiene una gran
influencia la forma aerodinámica del animal. Los peces, con un gasto del 2 al 6
por ciento del total de su energía, alcanzan notables velocidades, como los
atunes o los peces voladores que llegan a alcanzar hasta 50 o 60 km/h. Los
delfines llegan a alcanzar velocidades de 20 a 36 km/h, gracias a su forma
aerodinámica y a la estructura "hojosa" de su piel, que disminuye
mucho las turbulencias.
Sonidos y
comunicación
El sonido se
trasmite por el agua a una velocidad tres veces mayor, aproximadamente, que por
el aire.
Los moluscos que
viven enterrados en las arenas de la playa detectan a quien se acerca por los
sonidos de baja frecuencia que producen las pisadas.
Algunos peces
producen sonidos por estridulación (frotando partes del cuerpo entre sí)
o por fonación (soplando aire) con la vejiga natatoria. Los pescadores
de Ghana saben donde está un pez (alacha) introduciendo un remo en el agua y
poniéndole el oído para oír así los sonidos que produce.
Los delfines y
otros cetáceos emiten sonidos y ultrasonidos que les permite localizar las
presas que quieren cazar o comunicarse entre sí, de forma similar al sistema de
sonar.
Transporte de los
organismos.
Muchos organismos
marinos viven sujetos al fondo, pero tienen fases de su vida móviles. Larvas,
huevos o crías de muchos de ellos son transportadas por las aguas distancias de
hasta 50 km antes de que se produzca su maduración y su fijación en el
substrato. Las ostras, por ejemplo, sincronizan su ciclo de vida con los
movimientos del agua para que cada etapa se produzca en el lugar adecuado. Así
se aseguran la dispersión y la colonización de nuevos lugares.
Una vez que se quedan
adheridos a las rocas o a los fondos marinos, las olas les azotan con fuerza, y
los organismos como lapas, mejillones, algas, erizos, etc. que viven en las
zonas intermareales, han tenido que desarrollar potentes sistemas de sujeción y
protección o formas redondeadas para dejarse arrastrar.
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